my dear Bonnard
My dear Bonnard,My dear friend, at our age we must accept as philosophically as possible the death of those dear ones who go to meet their fates- and we must bless the luck that has allowed us, who are still here, to come this far. Rodin once said that a combination of extraordinary circumstances was needed for a man to live to 70 and to pursue with passion what he loves. We are priviledged, let's not forget that.I've already been to the park several times- it is all in bloom. There are some extraordinary greenhouses. One for camellias, a flower I have always found stupid because of its form, interesting here and even moving because of the variety of pink and red nuances so close to one another. Even certain simple species are interesting in their form, they look like hemstitched dog roses. There are tropical green houses where you could dream you were in another world when a sunbeam strikes these extravagantly decorative plants, if that didn't make things stifling. There are also animals: elegant and majestic llamas and a brand-new, beautiful lioness I greatly admired. Until I could walk easily, I rented a little vehicle in which I could have myself pushed where I please. I move at a rate of an invalid, rousing sympathy in all who see me. I know when not to complain. A few days ago, caught in a traffic jam on the road way, the onlookers, concerned by my situation, waited anxiously to see what would happen. I got up relatively comfortably and reached the sidewalk with the help of my cane, to the stupefaction of the somewhat irked gawkers. As you see, I can make jokes, according to circumstances.With great affection to you both,Henry Mattise
Clinique du Parc, Lyons (April 1, 1941)
Mi querido Bonnard,
Mi querido amigo, a nuestra edad tenemos que aceptar tan filosóficamente posible la muerte de aquellos seres queridos que van a cumplir con sus destinos-y hay que bendecir la suerte que nos ha permitido, a los que todavía estamos aquí, llegar hasta aquí. Rodin dijo una vez que una combinación de circunstancias extraordinarias se necesitan para que un hombre viva hasta los 70 y poder perseguir con pasión lo que ama. Somos privilegiados, no nos olvidemos de eso. Ya he estado en el parque varias veces, todo está en floración. Hay algunos invernaderos extraordinarios. El las camelias, una flor que siempre me ha parecido estúpida por su forma, interesante e incluso conmovedor debido a la variedad de matices de color rosado y rojo tan cerca el uno al otro. Incluso algunas especies simples son interesantes en su forma, parecen rosas salvajes bordadas a mano. Hay invernaderos tropicales donde se puede soñar que estás en otro mundo, cuando un rayo de sol golpea estas extravagante plantas decorativas, si eso no hace la sensación sofocante. También hay animales: elegantes y majestuosas llamas y una nueva, hermosa leona que admiré mucho. Como no podía caminar con facilidad, alquilé un pequeño vehículo en el que me desplazaba donde yo deseaba. Me muevo al ritmo de un discapacitado, despertando la simpatía en todos los que me ven. Sé cuando no quejarme. Hace unos días, atrapado en un atasco de tráfico en el camino por carretera, los espectadores, preocupados por mi situación, esperaban ansiosamente ver qué ocurriría. Me levanté con relativa comodidad y llegué a la acera con la ayuda de mi bastón, ante la estupefacción de los curiosos un poco molestos. Como ves, puedo hacer chistes, de acuerdo a las circunstancias.
Con gran afecto a los dos,
Henry Mattise
Clinique du Parc, Lyons (1 de Abril, 1941)
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