pattaki de las plumas del loro

    Olofín convocó a un concurso donde todos los animales de plumas podían participar y el premio lo ganaría el más bonito. Todos los animales del pueblo comenzaron a prepararse, unos para participar y otros para ver; los de plumas se bañaron en el río, después se engrasaron y arreglaron el plumaje; el loro empezó a jactarse de sus bellas plumas y su alarde despertó la envidia de la demás aves, incluso, de la Cotorra porque pensaron que, si Olofín lo veía le daría el premio porque en verdad era quien lo merecía; por eso se fueron a visitar un brujo que vivía en la montaña para que les preparar un afoshé (polvo maléfico) para soplárselo al loro cuando fuera al concurso.

   El brujo les cobró caro por el polvo, pero ellos por la envidia y el odio estaban obsecados y no repararon en el alto precio si el brujo les garantizaba la efectividad y guardaba total silencio al respecto. Los envidiosos se llevaron el afoshé y se escondieron en la floresta para esperar el paso del loro quien muy confiado no tardó mucho en ir hacia la competencia, fue cuando le soplaron el polvo. El loro sintió que la cabeza le daba vueltas, sintió, también, un fuerte dolor de cabeza y además, le giraba como un trompo, estaba mareado y confundido; por eso tomó el camino equivocado. A poco andar se encontró con Elegguá, quien le preguntó que le pasaba y que él podía ayudarlo. El loro, entonces, le contó, a duras penas, lo sucedido y Elegguá lo guió por un atajo que acortaba la distancia y pudo llevarlo donde estaba Olofín con los demás animales. Dirigiéndose a todos los presentes Olofín dijo: " El daño que le hicieron al loro era para dañarle sus bellas plumas, las que, desde ahora, servirán de armas para contrarestar ese mismo afoshé, y como él es el ave más bella lo declaro ganador del concurso."

OWE: No hagas alardes de tus méritos.

           Entre tus amigos y familiares hay envidiosos.

           Lo verdaderamente tuyo nadie te lo puede quitar, pero te lo pueden interrumpir.

           Unos ganan con buenas artes y otros con malas.

Cincuenta y un pattakies afroamericanos

Simeón Teodoro Diaz Fabelo

Monte Ávial Editores, Caracas (1983)

    Olofin held a contest in which all the animals with feathers could participate and the prettiest one would win the prize. All the animals from the town began to prepare themselves, some to participate and others just to see; the feathered ones bathed in the river, then oiled themselves and trimmed their feathers; the parrot began to boast about his beautiful feathers and his flaunting awakened the envy of the other birds, even of the parakeet, because they thought that if Olofin saw the parrot he would give him the prize because he really was the one who deserved it; that is why they went to visit a sorcerer who lived in the mountains to ask him to prepare them afoshé (evil powder) to blow it on the parrot when he went to the competition.
   The sorcerer charged them dearly for the powder, but because they were blind with envy and hatred they did not care about the high price if the sorcerer guaranteed them effectiveness and kept total silence about it. The envious ones took the afoshé and hid in the forest to await for the parrot to go by and the confident animal did not take long to go to the competition, it was then that they blew the powder on him. The bird felt his head spin, he felt, too, a severe headache and also felt it go around like a top, he felt dizzy and confused; which is why he took the wrong path. In this new path he met Eleggua who asked him what happened and said he could help him. The parrot, then told him, barely as he could, what happened and Eleggua led him through a shortcut that shortened the distance and took him where Olofin was with the other animals. Addressing all of those present, Olofin said: "The damage done to the parrot was to harm his beautiful feathers, which, from now, will be the instruments to counteract the same afoshé, and because he is the most beautiful bird, I declare him the winner contest."

OWE: Do not boast of your merits.
           Among your friends and family you will find envy.
           Whatever is yours truly, noone can take it away, but it can be interrupted.
           Some win with good actions and some with bad ones.

Fifty-one Africanamerican pattakies
Teodoro Simeón DiazFabelo   

Monte Ávila Editores, Caracas (1983)